jueves, 5 de mayo de 2011

El secreto del pasillo oscuro

Enviado Por el SIR, un lector nuestro
Localidad Rafelbuñol, ocultamos su identidad porque lo a solicitado.



Hola soy SIR y esto que les voy a contar pasó cuando tenia 14 años, ahora tengo 17 años
Era por la noche, estaba tan tranquilo durmiendo,  me desperté
por que tenia sed. Eché la mano en la oscuridad, encima de la mesita
de al lado de mi cama, para encender la luz e ir a beber. 
Cuando fuí a tocar la mesita, encima de la mesita toqué una mano,
no sabia de quien era, así que me se pusieron los pelos de punta.
Rapidamente toqué el enchufe de la pared y encendí la luz.
No habia nadie, solo yo, fuí rápidamente al pasillo tampoco habia nadie,
me puse nervioso, así que bebí y me fuí al balcón a fumarme un cigarro
para calmarme. Luego volví a la cama, la puerta de mi habitación
estaba abierta, la ventana también estaba abierta, así que la luz
de la luna resplandecia por la puerta y hacia que se viera un trozo de pasillo.
intente dormir pero no pude, luego a los cinco minutos ví en el poco trozo
de pasillo que se podia ver una sombra, parecia la sombra de una mujer joven.
Me volví a asomar en el pasillo y no habia nadie. Decidí ir por la casa por si
habia alguien, miré en todos lados pero: no habia nadie y todo parecia estar dentro
de lo normal. intenté volver a dormir pero ya no pude y me desvelé.
esa noche lo pasé fatal encima estaba yo solo en casa.
Lo que vio y sintió, fue a la de una mujer.


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Halloween

Puede que muchos de vosotros celebréis Halloween. Pues bien, esta historia trata sobre Halloween.

Un grupo de 7 amigos estaban celebrando Halloween por todo su pueblo. Iban a llegar a sus casas, y para ello había que pasar por el cementerio. Una de ellos dijo:
- Vamos a explorarlo.
Algunos aceptaron, pero otros se negaron a entrar y se fueron a sus respectivas casas.

Los que se quedaron, empezaron a meterse uno por uno.
Ya estaban en medio del cementerio cuando una voz fría les llamó:
- Venid aquí. Venid.

La voz parecía siniestra pero tres de ellos fueron a ver lo que pasaba. Cuando los demás se iban a ir, oyeron un chillido. Procedía del lugar donde se habían adentrado sus compañeros. Cuando llegaron al lugar, ya era demasiado tarde, pues encontraron los cuerpos de sus compañeros descuartizados y en la tumba del lado derecho escrito con sangre:
- Volveré.

Ahora una de las niñas está ingresada en un manicomio de Noruega, otra se suicidó y el último es el que me ha contado esta historia.

Muchos dicen que fue la muerte quien les mató. No es recomendable pasar por ahí por la noche pues encontrarás lo trozos de los pobres desafortunados.


Sacado en http://www.kruela.ciberanika.com/leyen49.htm

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La Fallera

Historia Urbana de Valencia


Esta historia no la recuerdo muy bien pues era muy pequeña cuando me la contaron.
Se dice que en un barrio de Valencia (España) vivía una mujer que sentía mucho cariño hacia las fiestas populares de allí, Las Fallas, y deseaba ser enterrada con su vestido de fallera.
Cuando murió en circunstancias un tanto extrañas se la enterró con su traje de fallera como ella deseaba, pero se decidió exhumar el cadáver ya que se querían investigar las circunstancias de su muerte. Así, al abrir el ataúd, para sorpresa de todos se encontró a la mujer con la peineta clavada en el pecho y la tapa de éste arañada por dentro.
Sacado en http://www.kruela.ciberanika.com/leyen39.htm
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miércoles, 4 de mayo de 2011

El arbol de la niña

En una comarca de Tarragona que vuela sobre las mentes de los adolescentes.

En el tramo que comprende Les peces-Albinyana, hay un árbol conocido como "el arbol de la niña"

Hay varias versiones y se asemejan a las citadas en su relato.

Una es que iban dos chicos en una moto y al pasar por la curva donde se encuentra el árbol creyeron ver una chica ahorcada en él, tuvieron un accidente por el impacto y quedaron malheridos falleciendo poco después (llegan a decir que lo que colgaba no era nada más que una bolsa de basura...) (también se dice que era una chica a la que habían violado, cosa que la gente se cree menos).

Otra versión es que esa chica aparece de vez en cuando porque dicen que murió ahí.

Tengo que añadir que es un tramo que muchos adolescentes realizan andando en verano bien entrada la noche.

Nunca más ha pasado nada y creo que nadie tiene pruebas sobre lo que ocurrió diciendo que sólo es una leyenda para asustar a los chicos, pero la gente sigue teniendo mucho respeto a esa curva y a ese árbol y son muy pocos los que se atreven a ir solos andando por la noche por esa carretera (los que lo hacen procuran no mirar).

A mi alcance no están los medios necesarios e incluso la ignorancia me impide investigar los hechos, por lo que alguna vez me gustaría saber si realmente fue cierta esa historia...


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La chica de la curva

Cuentan que esto sucedió una noche de niebla espesa, en las curvas de Garraf , una sucesión de curvas cerradas y muy peligrosas, hace muchos años, mucho antes de que se construyera la autopista que ahora cruza las entrañas de la montaña de Garraf.

Era noche cerrada, caía una lluvia suave pero ininterrumpida y la niebla cubría la noche con su manto blanquecino, impidiendo ver más allá de 15 metros.

Un hombre iba conduciendo su coche por las curvas, deseoso de llegar a su casa y reencontrarse con su mujer y sus dos hijas después de un largo fin de semana de trabajo.

En una de las curvas del camino, vió a una autoestopista, una joven rubia, demacrada y pálida, empapada por la lluvia, con un largo vestido blanco desgarrado y sucio de barro . Este hombre se apiadó de la joven y, pisando los frenos, decidió llevarla consigo y acercarla hasta el pueblo más cercano.

Durante gran parte del trayecto, el hombre y la joven fueron hablando de cosas triviales, cuando, en un momento dado, antes de llegar a una de las curvas más cerradas y peligrosas de las cuestas, la joven le avisa de que reduzca la velocidad hasta casi detenerse y que pase muy poco a poco.

El hombre lo hace, y comprueba, asustado, que, de no haber sido advertido por ella del peligro, probablemente se hubiera despeñado por barranco con el coche. Le da las gracias, agradecido por haberle salvado la vida, a lo que la joven contesta:

- No me lo agradezcas, es mi misión; en esa curva me maté yo hace más de 25 años, en una noche como ésta...

Y después de pronunciar éstas palabras, desapareció, dejando como única prueba de su espectral aparición, el asiento húmedo del acompañante por sus ropas mojadas...

Sacado en http://www.kruela.ciberanika.com/leyen5.htm

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Las Risas de la Bruja

(Valencia, España)


En el complejo de verano de la playa del Saler en el que hablo en el relato de "Los pasos ", ocurrió algo más. La familia de Lorena se hizo amiga de otra familia numerosa, concretamente de dos hermanos: Belén y Miki. 
    Belén era de la edad de la hermana mayor, y Miki salía aquel verano con Lorena. 
    Aquel verano era el verano en que la prima Merche y el amigo de la familia estaban pasando un mes, y en esta ocasión no había padres que vigilaran los actos de sus hijos. 
    Allí estaban Lorena y su hermana mayor (llamémosla Nieves), la prima Merche y el amigo de la familia (llamémosle Jorge), y los hermanos Belén y Miki (nombres también inventados). 
    Decidieron jugar a la ouija y como no tenían tablero, Lorena se ofreció a hacer las letras recortando trozos de las tapas de sus libretas y escribiendo las letras con un rotulador gordo.
Se pusieron alrededor de la mesa redonda rociando ésta con unas gotas de aceite para que el vaso se deslizara sin que apenas los dedos llegaran a tocarlo. Todo estaba previsto para poner las cosas fáciles al espíritu que viniera.
    Comenzaron riéndose y bromeando. Entonces Nieves se puso seria y dijo que ya estaba bien.
- Concentrémonos de verdad.
    Todos le hicieron caso. Ya nadie se rió con aquello de "espíritu, si estás ahí, danos una muestra".
A los pocos minutos Miki comenzó a golpear rítmicamente el vaso con su dedo. Estaba totalmente absorto con su mirada fija -aunque parecía perdida- sobre el vaso, y golpeteaba una y otra vez. Levantaba el dedo, lo dejaba caer sobre el vaso, y así repetidas veces.
    Lorena tenía a Miki al lado y le pasó la mano por los ojos. Miki respondió bajando los párpados para no abrirlos durante un buen rato. Pero lo que ocurrió fue más que espeluznante.
    En el mismo momento en que cerró los ojos, su dedó tocó por última vez el vaso, y acto seguido se desmayó sobre la mesa.
    Como pudieron trasladaron su pesado cuerpo al sofá y lo dejaron allí preguntándose qué le ocurría. Entonces se dieron cuenta de dos detalles: Por un lado, de sus ojos cerrados se deslizaban lágrimas, y por otro, de su boca entreabierta se empezaba a escuchar una risa... una malvada risa femenina que parecía propia de una bruja.
    Se asustaron sobremanera y Nieves le pidió ayuda a Merche:
- Tú tienes poderes Merche, haz que despierte, haz algo por favor.
Merche respiró hondo y salió al balcón para concentrarse en soledad. Era verdad, tenía ciertos poderes, no en vano decían que su propia madre era una bruja.
    Mientras tanto Belén miraba nerviosa a su hermano, Jorge y Nieves se miraban y se preguntaban qué era esa risa que salía de su boca, y Lorena, desde los pies de Miki, miraba hacia el balcón rezando para que Merche pudiera sacarlo del trance.
    Merche entró y se dirigió hacia Miki que seguía tendido en el sofá. Le cogió la mano, y con voz grave le dijo:
- Miki, despiértate.
    Fue una orden. Y en un minuto los ojos de Miki estuvieron luchando por abrirse. Cuando al final lo hizo se sentía mareado y extraño.
    Antes de contarle lo sucedido, Lorena le preguntó qué había sentido:
- Tenía frío y calor, todo se puso negro, y no recuerdo nada más.
 
Mientras trataban de tranquilizar a Miki, Lorena se dedicó a desmantelar la mesa. Todas las letras se iban a ir a la basura, pero algo llamó su atención. Una letra había salído perjudicada con el aceite, estaba manchada. Lorena la levantó, era la letra "L". Con estupor comprobó que el aceite había formado lo que desde nuestra infancia consideramos un fantasma, ese que hasta te puedes comer en helado o que aparecen en los dibujos infantiles. El fantasma tenía una especie de boca hacia abajo. Al darle la vuelta a la letra comprobó algo más: por detrás, la boca sonreía. Miki había llorado y había reído... aunque no lo recordara. Las letras mostraban ambos estados de ánimo.
    Curiosamente Lorena no se percató de la relación entre estos dos detalles hasta que alguien, una amiga, lo relacionó y se lo dijo. Lorena cayó en la cuenta y desde entonces la historia le da más terror.
Pero hay una cosa más en esta historia: dicen que al terminar una sesión hay que romper el vaso para que el espíritu se marche de la habitación donde se ha hecho la ouija. Ellos tiraron el vaso desde un tercer piso... y no se rompió.



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Las Luces


(Valencia, España)

Una española que emigró a Alemania para buscarse la vida, teniendo que alquilarse una casa con su joven esposo que apenas tenía comodidades.Eso sí, tenía visitantes misteriosos.
Al principio sólo eran sonidos, rasguños en la almohada que mantenía abrazada mientras trataba de descansar después de tantas horas de trabajo. Le asustó, cierto, pero mantuvo la calma y pensó que era su propio agotamiento el que la hacía tener alucinaciones auditivas. Los rasguños en la cama no son tan inhabituales ¿no?. Muchos los hemos oído. Son visitantes que quieren comunicarnos que "están ahí también, que no estamos solos".
La joven vivió con esa extraña experiencia unos días y terminó por acostumbrarse, pero una noche ocurrió algo terrible. Estaba tumbada en la cama, descansando, su marido estaba afeitándose en el cuarto de baño, y de pronto unas lucecitas de un tamaño algo mayor que el de las canicas, blancas azuladas y brillantes, comenzaron a salir de debajo de la cama.
Subieron, ascendieron hasta ponerse encima de ella, y bailaron.
La chica las miró estupefacta, tragó saliva y respiró profundamente. ¿Qué era aquello? ¿De dónde salían? ¿Qué las producía?
Y entonces las luces comenzaron a bailar con movimientos más bruscos, y una poderosa fuerza salió de ellas. La chica notó esa fuerza en puñetazos y patadas invisibles que la golpeaban y estampaban contra las paredes... Gritó, y su marido se cortó con la gillette. Cuando él iba a salir la puerta del cuarto de baño se cerró de golpe.
La joven española emigrante sufrió una paliza que la dejó destrozada, y no pudo hacer una denuncia, porque en qué comisaría de policía iban a escuchar semejante historia sin echarse a reir.
No volvió a ocurrirle porque volvió a España entre lágrimas y terrores.
Durante años jamás contó la historia, y cuando lo hizo, fue para contárselo a su hija -mi confidente-, quien me confesó que su madre no podía hablar del tema sin echarse a llorar y a temblar.
No es para menos. Su hija también lloró al contármelo.


Sacado por http://www.kruela.ciberanika.com/expe1.htm

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El Misterioso Duende



Bueno la historia que les voy a contar ocurrió cuando tenía 16 años, ahora tengo 19...

Siempre soy el típico chico que se va a dormir tarde...

Ese día me habían colocado la puerta de mi pieza pero esta puerta era corrediza...
eran las 3 o 4 de la mañana y recién me iba a acostar, mi hermanito estaba durmiendo con mi madre así que no importaba si entraba en mi cuarto y hacia ruido... 

Me sacaba las zapatillas pero sentía que mi cuarto estaba frio siendo que era verano y hoy hizo mucho calor, pensé que era un cambio de tiempo y no le presté mucha atención y apagué la luz...

Cuando me tapé con las sabanas siempre me quedo un momento pensando en lo que hice hoy y en lo que no...

En un instante siento que mi puerta se abre o sea se sintió el ruido que hace una puerta corrediza al abrirse y estaba todo oscuro...

Yo me quedé atento para escuchar quien era pero no sentía ningún ruido...
Agarré mi cell un Nokia 1100 que tiene linterna y lo prendí, me fijé en la puerta y estaba abierta...

Creí que fue el viento y la fui a cerrar, pero seguía atento por si acaso...

Volví a sentir la puerta de mi pieza abrirse y empecé a creer que era mi hermanito molestándome y bueno si lo agarraba lo iba a retar...

Escuché un fuerte ruido de un instrumento de viento el cual yo toco (Siqus o Samponia) yo lo había guardado en una bolsa ese día era imposible escucharlo...

Lo sentí al ruido a la par de mi oído, me quedé aterrado sentía que mi corazón ya salía, la puerta empezó a moverse no sabía porque...

Tenía mucho miedo, no podía moverme, menos quería tirar mis manos al aire con tal de que sienta algo... 

Pasaron 5 minutos y la puerta dejo de moverse, no sabía que pasaba, no podía ni mover los labios. Levante fuertemente mi mano tirando un golpe al aire y no había nada. En ese momento siento que cierran la puerta de mi pieza. No sabía que pasaba ya estaba enojado pensando que era alguien haciéndome una burla...

Quise agarrar el celular pero no estaba en donde yo lo había dejado, (en mi mesa de luz) me asuste mas y mas. Quería gritar pero no me salía la voz y no quería quedar mal en frente de mi familia. Traté de ocultarme debajo de las sábanas, pero alguien me las estaba jalando hacia abajo y sentía golpes debajo de mi cama. Seguí tirando pero era algo fuerte. No creía que era el peso de mis sábanas porque todo lo que estaba pasándome no tenía explicación alguna. Cuando las solté busqué por donde sea el celular y lo encontré debajo de mi almohada.

No sabía que hacia ahí pero sin dudarlo prendí la linterna y vi una pequeña sombra saliendo de mi cuarto corriendo por la cocina. Era algo muy pequeño. Mi hermano era mucho más alto, me quedé congelado pero no me quería rendir hasta ver que era. Me levanté de la cama y agarré lo único que tenía un desodorante, y fui por donde fue esa cosa...

Vi el garaje y estaba cerrado, me fui sigilosamente a la cocina y en un momento en donde esta la ventana que da al fondo vi a esa pequeña sombra. Cuando alumbré noté que era un duende, no era como lo describen si no que este tenía los ojos oscuros... vestía con ropas desgastadas y tenía una sonrisa muy extraña. Cuando vi eso me fui corriendo y cerré todas las puertas. Y no deje que pase ninguna cosa más, puse un retrato de la virgen en la puerta y me quedé en mi pieza con la luz encendida.

Sentí numerosos ruidos y empezó a hacerse de día, ya eran como las 6 de l mañana y los ruidos pararon.

Mi madre se levantó al escuchar un ruido muy fuerte. Y le conté lo ocurrido...





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Las Muñecas de Porcelanas

"¡Mamá, quiero esa muñeca!" Dijo la pequeña Isabel totalmente nerviosa por tener una nueva muñeca. "Volveremos mañana para comprártela, ¿vale? pero recuérdamelo, Yolanda" le contestó su madre en la misma tienda de antigüedades.




Yolanda tenía sólo siete años y medio, pero ella podía tener todo lo que le gustaba gracias a su mirada de pena que les ponía a sus padres. Esa misma noche, la pequeña tuvo dificultades para dormirse ya que sólo pensaba en su futura nueva muñeca. Incluso si tenía un brazo menos, era la muñeca de porcelana más bonita que había visto nunca. Ella tenía muchas, pero esa iba a ser la más bonita de su colección.

A la mañana siguiente, Yolanda desayunó viendo sus dibujos favoritos, como cada mañana. Había soñado tanto con su muñeca que tenía sueño, estaba cansada y ya no quería esa muñeca. Ya no le gustaba. Así que pasó el día enjugazada con otras cosas y no le recordó a su madre que tenían que ir a por la muñeca, porque ya no la deseaba.
Llegó la noche e Yolanda fue a acostarse al piso de arriba. Ella tenía miedo de estar arriba sola, así que su madre subía con ella y se ponía en la habitación de al lado a coser. Una media hora más tarde de haberse acostado, una voz aguda despertó a la niña susurrándole al oído: "Subo 1, 2, 3 escalones..." La pequeña Yolanda gritó asustada llamando a su madre: "Mamá, hay alguien en la escalera que hace ruido" Su madre la tranquilizó diciendo que no había nada en absoluto. En cuanto la madre abandonó la habitación, Yolanda volvió a oír ese susurro que le dijo "Subo 4, 5, 6 escalones..." De nuevo Yolanda llamó a su madre. Su madre le volvió a contestar que se tranquilizara, que sería el ruido del frigorífico.
Pero la pequeña voz continuó subiendo las escaleras: "Subo 7, 8, 9, 10 escalones y ya estoy en el pasillo", repitió la pequeña voz con una risa sarcástica.


A la mañana siguiente, la madre de Yolanda se sorprendió de despertarse antes de ella. Pero pensó en las dificultades que había tenido para dormirse y pensó que estaría cansada. Pero transcurrida una hora le pareció raro que aún no se hubiera despertado, por lo que subió a ver cómo estaba su hija. La madre gritó con terror viendo a su hija ahogada en su propia sangre y apuñalada más de 17 veces, con el brazo arrancado y viendo a esa pequeña y adorable muñeca de la tienda de antigüedades con el brazo de su hija como sustituto del suyo.